Bueno, no todo sigue muerto y mi cabeza aun da para la guerra suficiente, llevo tiempo queriendo terminar este pequeño relato y proponerme continuarlo.
Al que llegue aqui, decir que espero que te guste, esto no es sino un retazo inicial de una historia que tengo en mente. Decir que se aceptan opiniones/ peticiones, consultas segun vaya surgiendo la cronica que quiero hacer de esto.
Sin mas dilación aqui os dejo con "Magus"
Llevaba tiempo ojeando el ocaso del día, apenas había dicho nada. Se había retraído en si mismo pensando en las situación. Todo lo que habría que hacer todo lo que ya había hecho de nada sería. Al final, ¿implicaba esto su derrota?, ¿era pues el fin de todo en lo que creía?.
Desgraciadamente no tenía elección, no si quería cumplir aquello que le quedaba por hacer. No él mismo lo había intentado por todos los medios, mil cuestiones, mil hechizos, formulas y encantamientos, más nada había resultado. No, tenía que cumplirse, cerrar el círculo que pensaba había erradicado por completo. -“Tras la oscuridad vendrá la luz”- se repetía a sí mismo en un intento de creérselo. -“Sólo espero que no me devore el proceso”-.
El sol se había ocultado ya por completo. Un suspiro pausado y en voz alta se dijo a sí mismo: -“Es la hora”-. Acto seguido salió de sus aposentos y se dirigió a la sala principal en la primera planta. Cuantas reuniones, charlas y demás actos sociales había pasado en ella, cuantos recuerdos, cuánto dolor.
Oculta por un tapiz apareció una puerta de manera, gruesa con remaches de metal y sin ningún tipo de adorno. Extrajo una llave gruesa y procedió. La puerta chirrió fruto de los innumerables años sin abrirse que había tenido que soportar. Primero le sobrevino un fuerte olor a rancio y cerrado, después tras la puerta, unas escaleras en espiral que descendían. Con cuidado se acerco a una de las antorchas puestas en la pared, cogió una de ellas, mientras que con su mano derecha hacía un gesto sobre ella el fuego broto y la estancia se ilumino. Empezó a descender con cuidado, llegando finalmente a una estancia cuadrada, con tres celdas, todas vacías y con sus puertas abiertas, mirando las paredes y sintiendo la oscuridad reinante entró a una de ellas.
Se detuvo en el centro sin decir ni hacer nada, totalmente quieto. Tras un nuevo suspiro, procedió. Primero unos leves susurros casi inaudibles salieron de su boca, según iba ganando intensidad las palabras, alzó su mano libre y empezó a dibujar extrañas formas en el aire. Rápidamente en el suelo empezó a formarse un círculo mágico a la vez que extrañas runas y símbolos y en el momento justo en el que el circulo se completo, hubo una pequeña explosión de luz, dejando más escaleras que descendían donde antes solo había duro suelo. Una vez más procedió el descenso.
Al final de las escaleras, un enorme portón totalmente cerrado a cal y canto le esperaba, madera noble, cargada de remaches y por todos lados dibujadas o grabadas, había cientos de runas. En un lado se encontraba además 5 cerraduras, la primera de oro, luego plata, bronce, cobre y finalmente hierro.
De una bolsa que colgaba de su cinturón, extrajo 5 llaves cada una del mismo material que la cerradura y cada una con una runa grabada en ella. Una por una fue abriendo las cerraduras y finalmente, al abrir la quinta, sujeto la argolla de la puerta y procedió a tirar de ella para abrirla con gran esfuerzo por su parte.
Dentro una sala circular, cientos de símbolos místicos, runas y piedras preciosas se encontraban por la pared, junto con ocho antorchas repartidas que seguían ardiendo incansablemente, eternamente. Bajo cada antorcha otras 8 argollas, de la cuales una pesada cadena de hierro generaba una dura tela de araña, y en el centro de la sala totalmente sujeta por la cadena cual insecto que ha caído en la trampa, una caja. Sería más correcto decir un bloque de metal de lo pulida y sin impurezas que estaba esta sin ornamento alguno.
Arrojó la antorcha al suelo, extendió sus brazos hacia la misma caja, cerró los ojos y procedió a concentrarse. Tras eso un único grito por su parte hizo reventar las cadenas. El ruido de grandes eslabones de frio y oscuro metal estaban esparcidos por el suelo y en el centro ya en el suelo, se encontraba el cubo de metal.
Acercándose lentamente, con gestos pesados, poso su mano izquierda sobre uno de los lados. En un instante ahí donde antes había metal, solo quedaba un espacio abierto hacia una negrura innatural.
De dentro se pudo observar como unos ojos se abrían y le miraban fijamente, primero unos ojos, luego unos dientes, blancos como la luna, fuera quien fuera el que hubiera dentro, sonreía.
“Jajaja, sabría que algún día volverías, lo sabía debilucho.” Dicho esto empezó a salir del cubo, lentamente como si quisiera disfrutar de cada momento. Una vez fuera, se estiró como el que acaba de echar una pequeña siesta y se arquea elevando su mirada hacia el cielo antes de reanudar cualquier actividad. Luego girándose y mirando la caja de metal, empezó a decir.
“Bien, ya sabes lo que tienes que hacer y que tienes que depositar aquí. Una vez lo hayas hecho podremos empezar de nuevo y volveremos a divertirnos, jejeje. ¡Ah!, antes de que me olvide y pese a que me va a doler, hay algo que tengo que decirte”.
Dicho esto, le propino un puñetazo con ganas y sin avisar directamente sobre su cara, haciendo que este callera al suelo. Cuando se incorporó comprobaron como la sangre manaba la nariz de ambos.
“Se lo que tengo que hacer” Respondío ya una vez repuesto. Y así, mientras sacaba una fina daga de plata con un rubí rojo en su empuñadura. Se lo clavó directamente en el pecho, en su corazón.
El extraño ser, mientras terminaba de limpiarse la sangre de la nariz también, emitió un gemido de placer cuando vio clavarse la daga. Tras esto volvió a sonreír y mientras se dirigía hacia la salida comentó “Bien, bien, empecemos de una vez”....
2 comentarios:
Bueno, lo mejor será ir haciendo limpia de post chungos, asi que decir que en Breve pondré la siguiente parte de este relato.
:D
Hola, buenas noches Yazston
Soy un gran aficionado a la lectura y a la escritura que ha encontrado este relato por casualidad y al no ver ninguna crítica creo que voy a poner mi opinión.
Primero decirte que todo esfuerzo por escribir hay que valorarlo y te animo a que sigas escribiendo, lo que sea.
Pero por otro lado, cometes muchísimos fallos ortográficos básicos, tus frases no se entienden, no son coherentes y hacen de ese relato algo tedioso y muy aburrido de leer. ¿Por qué pones expresiones tan enrevesadas fuera de contexto y situación?
Para la gente que tiene dificultades a la hora de escribir recomiendan siempre apuntarse a academias o hacer pequeños ejercicios para aprender este arte de la comunicación.
Con mucho estudio y aprendizaje lograrás escribir algo decente. Seguro.
Un saludote
Publicar un comentario